domingo, 21 de noviembre de 2010

Marion

Dispuesto a comenzar en serio con la acuarela, Marion Bolognesi ha sido un muy inspirador encuentro en la red. Lacrimosas y evanescentes efigies en delicadas y coloristas composiciones. Me gusta.





sábado, 20 de noviembre de 2010

Twin Flames

Dicen por ahí uno que da grima. Y sí, es perturbador, pero, yo me pregunto ¿Es lo primero o lo más importante que se te ocurre decir de semejante perla? ¿A que obedece que comiences la noticia con semejante sentencia? Pues supongo que debe ser por conseguir un enunciado corto y atractivo que provoque el click del potencial lector. Hace ya algún tiempo que los canales RSS y los gadgets para noticias en la web, se valen de esta política para llamar la atención de los lectores y el resultado es que muchas veces este enunciado es el referente que se te queda del contenido de la noticia en sí.


Partiendo de esto, podriamos colegir que la última orgiástica puesta en escena de Saam Farahmand no es más que un simple vídeo de terror u otra vulgaridad pornográfica, pero lo cierto es que este vídeoclip recupera el cariz artístico que otros anteriores realizadores aplicaron al género antes que él. Lease Chris Cunningham, Stéphane Sednaoui o Anton Corbjin entre otros, gente que convierte el encargo en un proyecto al que aplican su impronta personal dotándolo de vida y convirtiéndolo, pues en eso mismo, en arte. Un arte muy diferente del que se puede extraer de la mayoría de videoclips actuales, que únicamente se valen de proezas técnicas para elaborar cuidadas piezas estéticas, pero que al final suelen provocar indiferencia. Todo lo contrario de lo que pasa con el trabajo de Farahmand que, desde grima para nuestro celeberrimo periodista, provocan de todo menos hastio.

sábado, 13 de noviembre de 2010

O sonho

Arrasada. Toda defensa, una vez más. No hay muro, que pueda detenerte. Carga de caballería directa hacia el fondo de mi conciencia, imparable, terrible y despiadada. Una vez allí sangre y fuego, dolor, no hay compasión, me debato, intento huir no hay esperanza, caigo aniquilado, escupo lo que queda mi vencido espíritu al polvo y grito, grito por que esta tortura acabe algún día.

Arrasado. Ahora sí, el tiempo me licita. Maldigo el día que te conocí, lo maldigo y lo abrazo con arrebato, pasión y desespero, lo defiendo con uñas y dientes, aun derrotado y mutilado por la certeza de mi soledad, me revuelvo, lucho y lloro, lloro con toda mi puta alma por poder seguir apretándolo contra mi pecho. Pues ese día, esa fatalidad de momento, es lo único que me queda, una mierda de evanescente recuerdo y la sensación de que contigo, viví.



Ahora recuerdo porque llevaba al menos cuatro años sin escuchar Madredeus.

Quem contar
um sonho que sonhou
não conta tudo o que encontrou
Contar um sonho é proibido
Eu sonhei
um sonho com amor
e uma janela e uma flor
uma fonte de água e o meu amigo
E não havia mais nada...
só nós, a luz, e mais nada...
Ali morou o amor
Amor,
Amor que trago em segredo
num sonho que não vou contar
e cada dia é mais sentido
Amor,
eu tenho amor bem escondido
num sonho que não sei contar
e guardarei sempre comigo

martes, 9 de noviembre de 2010

Monsters


Suelo, abrumado por la rutina diaria, buscar refugio en el séptimo arte. Tras currar todo el día, llega el momento de bloquearme en algún punto de algún trabajo, llegado a ese punto, paro, como algo, llevo mi mente a otro sitio y de esa manera recupero inspiración y fuerzas.

Como suelo acordarme bien de los diálogos y estoy francamente decidido a mejorar mi inglés -paupérrimo-, recurro a Internet para mirar trozos de películas que ya he visto, analizo sus complejidades técnicas, me deleito en la interpretación de determinados actores o sencillamente relajo mente y cuerpo. Esto me ayuda a olvidarme de lo que estaba haciendo, de manera que cuando retomo la tarea es mucho más sencillo darte cuenta de que era lo que estabas haciendo mal.

Ayer lo hice con Monsters, film que tuvimos la ocasión de ver durante el pasado festival de Sitges. Mala planificación por mi parte y descuadre de horarios no nos permitieron maratón zombie este año, y nada de Kitano, Soderbergh, Carpenter o Miike. Sin embargo, si tuvimos (como todos los años) la oportunidad de descubrir el trabajo de algún realizador novel y entre ellos, se encontraba Gareth Edwards, el responsable (a todos los niveles, los FX se los hizo el mismo desde casa) de un compacto y feliz largometraje de ciencia ficción que podría beber de muchas fuentes, pero que indudablemente lo hace de District 9. Bajo presupuesto que apenas se nota en el uso combinado de cámara y nuevas tecnologías y un guión híbrido entre la road-movie, el terror y el romanticismo, original y narrativamente sólido. Bien hallado Edwards, creo que le dieron el premio del público en Sitges... Premio que es ya el único que respeto.

martes, 2 de noviembre de 2010

The American



No sé a quién le oí el otro día que El Americano no le había gustado... Y es una pena no recordarlo, pues con sentencias así, puedes ponerle una gran X roja a su nombre para el día que te recomiende que no veas una película correr a verla.

Ya suponía que no podía ser, pues había visto el cartel y últimamente estos dejan entrever detalles de como puede ser la película. Bonito, bien diseñado, algo minimal, algo revival del género, calmada, sin efectismos, a ver el director: Anton Corbjin. Piel de gallina.

No se puede decir mucho de Anton Corbjin sobre su faceta de fotógrafo que no sepais. Rolling Stone durante años y que recuerde, los mejores retratos de artistas para una publicación musical que haya visto (y no son pocas). Algún videoclip, nada, poca cosa, unos 50 calculo, entre ellos todos los de Depeche Mode. Y en cuanto a la cinematográfica, dos perlas, la citada en el título y el videopic sobre la vida del apasionado romántico suicida de nuestros tiempos, Ian Curtis, y que es en sí una puta obra maestra de fotografía en riguroso y ominoso blanco y negro.


He visto El Americano hace poco y Anton consigue con este film apurar la figura del fotógrafo para dar paso con profunda reverencia a la del cineasta. Sí, la fotografía en la película es exquisita, pero es que toda la película es un delicioso sueño de esteta, desde el control de los tiempos y el ritmo a la fantástica interpretación de sus actores y la rigurosa estructura de la historia. Anton Corbjin por favor, tómate tu tiempo si quieres, pero sigue haciendo cine, el género te necesita y yo te adoro.

Pero si hasta el cartel es la hostia, joder.