jueves, 30 de abril de 2009

The Fountain

A Darren Aronofsky lo conocereis la mayoría por la celebérrima Requiem for a Dream o por Pi, pues hace unos tres años dirigió un ambicioso proyecto titulado The Fountain y que contó con un amplio presupuesto, pero que derivó hacía un filme excesivamente fantástico y onírico para el público mainstream. Y yo que me alegro. No porque no hiciera taquilla, sino porque la película fue un apasionante viaje a través de la bruma del sueño hacia un bello y romántico remanso de paz. Uno de esos ejercicios de estilo que más alla de querer contar una historia de principio a fin, ahondan en la simbología universal reinventando los viejos mitos y transportando al espectador hacia el más absoluto preciosismo. Cuando acabó, me quedé clavado en el asiento hasta que se hizo evidente que había que retornar a la realidad.

La banda sonora vuelve a ser esta vez de Clint Mansell y desgrana en ella toda la tragedia que acompaña al film. Es por momentos terriblemente desgarradora, violenta, vehemente y también romántica. Tanto como el propio hilo conductor de la película, un médico impotente para curar la letal enfermedad de su amada se rebela contra la resignación y emprende la busqueda de la fuente de la eterna juventud, repudiando para ello razón, sentido común y prudencia. Destruyéndose a sí mismo con tal de tener una esperanza de supervivencia para ella. No añado más. Ahí tenéis lo que he encontrado en Youtube.

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