Cuando comienzan a sonar los primeros compases de esta canción, puedes cerrar los ojos y sentirte ya en la playa. Boca abajo sobre la esterilla de hojas de palma, la cabeza apoyada sobre el brazo que dibuja lentamente en la arena, intentando averiguar cual es la parte que más te gusta de ella, si el pie que busca languidamente la chancla perdida o la superficie del codo que ha apoyado en la barra del chiringuito mientras el camarero le sirve tu tercera Caipirinha.
Ya sólo me quedan tres días para las vacaciones... El primero es la canción original, el segundo un directo aun más fantástico.
lunes, 28 de julio de 2008
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