

Se acabo. Lo siento. Ahí va una entrada larga y llena de culebras.
Esta mañana una amiga me ha pasado la foto de un nuevo edificio que se va a construir en Dubai. Supongo, que sabiendo de mi gusto por el diseño, la arquitectura y la vanguardia, el edificio le habrá parecido de lo más adecuado para que le hiciera un comentario. Pues bien, ahí va: espero, rezo y recomiendo a las más altas instancias que el edificio se caiga cada vez que estén dispuestos a inaugurarlo, pero por los siglos de los siglos, una vez tras otra. Que cada vez que lo tengan construido venga una jodida plaga egipcia, y a los constructores les palmen los hijos, el edificio arda con todos dentro y todo el agua de Dubai se vuelva sangre... y con alcohol para que se jodan y además sigan ardiendo en el puto infierno de los musulmanes.
Me explico, ayer me corte reciclando. Con una lata. No sé si darme la antitetánica porque creo que es tarde, ya tengo la rabia. Veréis, Dubai es un pais enormemente rico, y toda su riqueza viene de la explotación de los combustibles fósiles, gas y petroleo, aunque creo que también exportan dátiles... con perdidas. Es lo de menos, el problema no es que sea rico, es que están podridos de pasta. Tiene el parque de todoterrenos y deportivos más grande (proporcionalmente) del planeta, hoteles de seis estrellas, etc... Pero claro, hay unas fortunas del copón, pero una desigualdad social y económica de riete tu. Allí el que es pobre, lo es a concienca. Por partida doble, uno por ser pobre y dos porque todos los que te rodean son el puto rey Midas del oro negro.
Hete aquí que entra el primer ataque de mala hostia. ¿Diseño? Una mierda, uno de los cuatro principios fundamentales de todo buen diseño es la accesibilidad. Y no sólo refiere a que los minusválidos puedan usar el ascensor, sino a que un diseño pueda ser utilizado por cualquier estamento social. El apartamento más barato de este edificio vale 2,5 millones de euros.
Pero es que además, el arquitecto, Fisher, no ha construido un rascacielos en su vida y además lleva treinta años viviendo de las rentas. Vaya, que no ha currado en treinta años. Que supone esto, que el supuesto hito en arquitectura y sostenibilidad va a tener el coste de cuatro superhospitales, o centros de investigación, o el de 10 universidades. Y además, no nos engañemos, ¿piezas móviles? ¿En Dubai? En un pais que no tiene ni infrasestructura industrial para construirse recambios para los pozos petroliferos y que padece un impacto por el efecto de Coryolis y de la arena en el ambiente que obliga a duplicar los gastos de mantenimiento de todo tipo de motor sencillo. No me jodas hombre. Mientras les dure el petroleo a esta gente, su edificio será maravilloso y funcionará de cojones, pero en el momento en que se les acabe (más o menos 30 años), tendrán que volver al pastoréo de cabras y a decapitarse los unos a los otros montados sobre camellos, porque no han invertido un puto dirham en servicios, gasto social o infraestructuras. Lo único que saben hacer es dar palio a su estrambótico ego construyéndose harenes giratorios de 80 plantas y mierdas por el estilo. Por entonces, espero que el mundo musulman haya encontrado a su verdadero Mahdi y les corte los testículos a toda esta camarilla de sultanes y jeques del siglo XIV. De verdad que lo espero. Y espero que utilicen rayadores de queso para tal faena.
Pero mientras sucede esto, aquí los occidentales estaremos bien jodidos. Honda anunció hace dos semanas que acababa de construir el primer vehículo utilitario, factible y asequible con motor de hidrógeno,
el modelo FCX. Hostia, esto si que es un gran diseño pensé. ¿Para cuando? Para 2010. Bueno, no es tanto. No, no, para 2010 vamos a construir 200 unidades para alquiler en Estados Unidos. Y digo, bueno, la tecnología ya está, ya es factible, dejemos de contaminar, salvemos al planeta... Que han dicho el resto de fabricantes de automóviles. Pues que por ahora no pueden asumir los gastos de producción de esos motores. Fantástico. Así que de mientras que la segunda industria más potente del planeta, dice que no puede gastarse cuatro duros en cambiar la producción de sus plantas para hacer coches más baratos y ecológicos, yo tengo que conciliar cuatro bolsas de residuos diferentes en el exiguo espacio de mi mierda de cocina de mileurista, a la vez que los jeques árabes, montan fiestas con la Adriana Lima en su paraiso terrenal giratorio y se esnifan el altiplano colombiano porque acerca de eso el Corán no dice nada.
Pues sabéis lo que os digo. Que se acabo, que ahora mismo los tengo como dos sandias de la inquina y la mala hostia y que no solamente dejo de reciclar, no hijos de puta, ahora vais a conocer mi ira... pienso empezar a promover el terrorismo medioambiental. De ahora en adelante pienso mezclar las raspas de pescado con los tetrabriks, las latas con los botellines de cerveza, meteré bombillas rotas en el contenedor de papel y mi antigua tele va a ir derechita al contenedor de basura biológica.
Y a los que os sepa mal esta declaración de intenciones, sabed que la NASA junto con el Earth Institute de la Universidad de Columbia llegaron a la conclusión de que ya es tarde. Que la reducción de emisión de gases invernadero más optimista para 2050, está tres veces por debajo de lo necesario a fin de no alcanzar un punto crítico en el clima mundial... así que sabéis lo que os digo, que me voy a tomar una cerveza.