viernes, 4 de diciembre de 2009

Maibies

No deja de tener gracia que la mañana que te levantas y no tienes café, bajes al bar a satisfacer tu oscuro vicio y el periodico te agradezca la propina con una revelación: existe el periodiste mamarrache, y lo privo de género para no ofender sensibilidades; todos sabemos que cuanto más politicamente correcto, más trayectoria tiene tu palabra.

Hace una semana lo que no tenía era leche. Albricias, otra revelación. Mismo newspaper por eso. Y está sembradito por lo que he oido, igual me suscribo. Suscribo, lo que continua es parte reflexión personal, parte desvario emocional. Así que una vez más, no se me ofendan.

La columna en cuestión hablaba de cierto tipo de grupos sociales que se han venido estableciendo desde los años ochenta, verbigracia de nuevo de ciertos individuos que, faltos de comprensión o de salir a tomar algo, necesitan etiquetarlo todo a fin de, si no comprenderlo, sí ordenarlo, ponerlo alineadito en la estantería victoriana que es su cerebro y dejarlo allí cogiendo polvo. Utilizaba varios vocablos de estos:

Yupies. Young Urban Profesionals. Y aquí primera carcajada. No sé el tiempo que puede llevar esta palabra desactualizada, pero más o menos el mismo que los gorros de la guardia del palacio de Buckingham. Otra Bobos, Bohemian Bourgeouis, o bohemios burgueses, aquí la sorpresa, serán los que vieron The Crow y se la creyeron. Luego los Dinks, a saber Double Income No Kids; y este ya no es un individuo sino una oscura entidad formada por dos sujetos que tienen pasta y no hijos, ale, al saco. Luego se daba una vuelta por europa mencionando los nuevos prekariat, hacía bandera patria con el mileurista y hasta intentaba darle crédito a su erudita disertación mentando a Brett Easton Ellis, sin saber que posiblemente este último se le mearía en la cara a la mitad del artículo.

Lo comentaba con mi pareja mientras comía y claro, ¿En qué saco caemos nosotros? Pues seriamos Dinks supongo. Y me dice, maybe. Maybe income, maybe not, maybe kid, maybe not, maybe llego a fin de mes, maybe salgo esta noche, maybe me apunto al gimnasio, maybe lo que hago es coger una postura de caballo y olvidarme por una semana que Iran está intentando desarrollar armas nucleares. Y ahí de repente se me ha ocurrido que la periodista no era tan alienígena y que al fin y al cabo todos tenemos de vez en cuando la necesidad de etiquetar cosas. Así, el termino maibi para mi generación, la anterior, y creo que las venideras viene a definir bastante bien la incertidumbre que nos atenaza a los que andamos por la treintena y no tenemos ni puta idea de por donde nos da el aire. La castellanización del termino maibi no es casual. Esto en Dinamarca no pasa, ni hay precariedad laboral, ni tener un hijo supone hipotecarse hipotéticamente. Es algo local, patrio y muy castizo.

Total, que después de reflexionarlo un poco y reparar en el naughty (inflexión de naught, nada y naughty, travieso) que define a los años posteriores al 11S en Estados Unidos, he pensado que el maibi nos define a nosotros. Por indefinido y por estúpido.

2 comentarios:

Marta Alegre Mente dijo...

es muy heavy k a la gente le paguen por no saber de lo que hablan...
tengo k tener mejores conexiones en la vida pork yo soy experta en hablar y no decir nada también...
fuck off

Hi-Fiction dijo...

Tú puede que no sepas de lo que hablas, pero lo haces con sentido del humor; así que divaga, coño, qué me encanta!

Ah sí y fuck off too!