sábado, 19 de diciembre de 2009

The devil is in the details

Como si fuera el trazado que un invisible péndulo ha realizado en el lienzo de mi vida, esta semana todo ha girado de nuevo sobre un eje que estaría situado sobre la vertical de mi centro de gravedad y he podido discernir a mi alrededor comportamientos familiares. Desde ese privilegiado faro he podido contemplar las olas golpeando de manera constante, estúpida pero erosiva, los arrecifes que vendrían a ser mi paciencia y he determinado con prístina claridad (ayudado por la halógena compañía del faro que, lejos de ser estático me acompaña allá donde voy) como prácticamente todo tiene a repetirse una y otra vez.

Visto desde un punto situado sobre su cénit, el haz de luz de este faro revela un paisaje que vira de la profundidad del azul marino a una extensión yerma de gris piedra y finalmente un oscuro bosque, verde por supuesto, pero con ciertos matices ocre debido a la estacionalidad. En este bosque, si te fijas con detenimiento, aparecen de vez en cuando pequeños y ridículos duendecillos cuyo único propósito parece ser lanzar pequeñas deposiciones de cabra hacia las paredes del impoluto faro. Suelo dispersarlos a tiros, pero son tenaces y cíclicos como las mareas y siempre vuelven a por más.

Es en la extensión de piedra donde me atenaza el desamparo. De homogénea, tiene un punto de agorafóbica y la falta de puntos de referencia me marea. Ésta sin embargo será la última vez que caiga de rodillas balbuceando hiperventilado, he decidido mandar a la mierda ética y sentido estético y pienso utilizarla (ya que es mía) para construir una bonita urbanización de cara al mar. Las razones son varias, uno para especulación, dos porque si el ayuntamiento de Barcelona puede permitirse el lujo de un hotel con nosecuantas plantas y playa privada en la propia Barceloneta porque no voy a poder yo edificar en mi limbo personal, tres para joder a los leprechauns del bosque y cuatro para demostrar a la gente que allí vaya a residir, ayudado por la curvatura de la línea del horizonte, que el mundo en el que vivimos es redondo, y que si empiezas a caminar en línea recta, indefectiblemente terminarás encontrando tu espalda. A veces apuñalada.

Y como alegoría real de todo esto, El Muy Maligno me ha vuelto a visitar en forma de detalle y me ha sugerido al oído, taimado truhan, que busque a un viejo aliado en las ondas y hete aquí que he dado con el señor Carl Craig (yes man, we love techno too) remezclando el nuevo single de los británicos Hot Chip, por título: One Life Stand. Y qué por ahora se me antoja bastante esencial. Resuelto a encontrarlo para publicarlo han comenzado a surgir evidencias de la isócrona majestad con la que el mundo se repite en una gloriosa y sublime recapitulación, una de ellas el regreso de Massive Attack (8 de febrero) en forma de diabólica sentencia de labios de la añeja actriz porno Georgina Spelvin "We are our own devil". Añádele que estoy sumido en la fractalidad literaria de Irvine Welsh en el retorno de Trainspotting que se ha venido a titular "porno" y daréis con la evidencia de que estamos condenados a repetirnos, pero la mayoría de las veces con erógeno placer.

Otra de las ventajas de girar sobre uno mismo es que tienes tiempo para corregir errores, así que me voy a la ferretería a buscar una espátula para limpiar las cagarrutas de los jodidos duendecillos, no sin antes dejaros el link a la publicación del vídeo de Massive Attack que he realizado en mi perfil de Facebook, sabedor de que éste último a su vez relinkara a esta entrada desde mi perfil en forma de nota; otro círculo. ¿Veis?

Por si acaso caéis en él y os resulta complicado salir, os dejo más música para que al menos busquéis la salida bailando. Hot Chip, One Life Stand:


Hot Chip - One Life Stand (MySpace Exclusive)

Hot Chip | MySpace Music Videos

3 comentarios:

Marta Alegre Mente dijo...

me encantan los círculos cerrados, por desgracia soy una de esas personas que prefieren repetir las cosas antes que probar algunas nuevas....

Hi-Fiction dijo...

Mmmh, repetir tiene sus ventajas pues no corres el riesgo de decepcionarte, pero por lo poco que te conozco te veo más como exploradora que como coleccionista de sellos. ¿Me equivoco?

Marta Alegre Mente dijo...

uy, no había visto esto!
yo diría k un 50% de cada xDD